Un verbo maldito




Tal vez por hacer honor a su nombre el verbo maldecir es un verbo maldito. Júzguese, si tiene dudas, su etimología. Mal decir deriva de la unión latina de male y dicere, esto es decir mal. Pero debo confesar que he maldito a más de alguien, lo que no está mal dicho, pues no diría que he maldicho a nadie.

Conjugo, para matar dudas, el verbo maldecir y lo comparo con la conjugación de decir. El presente y el pretérito imperfecto se comportan de modo perfecto. Así yo maldigo hoy y maldecía igual ayer; lo digo hoy y así lo decía antes. Ellos también maldecían; todos lo decían sin disimulo.

Esta reflexión comenzó con Pedro Vargas. Mientras trabajo lo escucho con placer. Exclama, desde el piano, Chucho Zarzosa: "Mujer; ¡pa qué volviste!. ¡Ya no te esperaba!" y comienza, entonces, Pedro a cantar: "¿Por qué volviste a mi?, siendo tan grande el mundo, habiendo tantos hombres ¿por qué volviste a mi? después de aquel ayer que tú lo maldeciste y luego lo destruiste ¿a qué quieres volver?" y aquí comienza el drama. No sólo el de José Alfredo Jiménez, sino el del verbo y el mío. Me suena mal ese "tú lo maldeciste". Podría hacer una contractura aquí del mal y del verbo sonar y diría que me malsuena, ¿o malsona?. Por un momento pienso en un gafe de Pedro y me digo: "Maldigo si no se equivocó Vargas". Entonces busco en el omnisapiente Google la letra de la canción de José Alfredo y descubro que fue él quien maldició (¿o maldeció? ¿o maldijo?) aquel ayer de la canción. A mí me suena que lo maldijo, pero entonces la letra tendría que decir "... que tú lo maldijiste..." y le reprocho a Jiménez: "¿Porqué lo dijiste así?". Lleno de dudas recurro a la fuente del saber del castellano (otros lo conjugan mal y dicen "español" pero daría para otra ocasión), la RAE.

Estudio la conjugación del pretérito perfecto y de hecho, tal como en decir, se conjuga "maldijiste". Me tranquilizo por un momento, pero en la columna de la derecha de la que leo me encuentro, sin querer, la forma del futuro. Maldeciré, entonces, a este verbo maldito. Diré que alguien lo maldiga, que yo ya lo maldecí equivocado. ¡Tú que me leíste! por favor maldícelo ¿o maldilo?. Creo que está todo mal dicho y maldito, ¿o maldecido?.

Sigo, mejor, con Violeta Parra:

Maldigo del alto cielo
la estrella con su reflejo,
maldigo los azulejos
destellos del arroyuelo,
maldigo del bajo suelo
la piedra con su contorno,
maldigo el fuego del horno
porque mi alma está de luto,
maldigo los estatutos
del tiempo con sus bochornos:
Cuánto será mi dolor.

En fin: ¡Qué bien se maldice en poesía!.

Kepa Uriberri